viernes, 12 de febrero de 2010

vivamus mea lesbia atque amemus



Había vuelto hacía poco, llegó justo porque luego la lluvia iba a arremeter contra sus planes.Llovió como nunca. Ella y su familia estaban juntos en la cocina. Abundaban las tortas fritas y el mate.Ella no podía dominar la ansiedad pero tuvo que resignarse. Afuera la lluvia revolvía la tierra y la hacía barro...Pasaron los días y el tiempo no cambiaba. Venir de tan lejos, por tan poco tiempo y no poder verlo para ella era frustrante, doloroso para ese corazón que estaba aprendiendo a sentir. El sonido del teléfono no la alteró, disfrutaba que sonara y que sea ajeno...pero cuando la llamaron porque era una llamada para ella quedó estupefacta.Era él, que la iba a buscar.Rápidamente fue a buscar algo de ropa y esperó. Estaba leyendo un libro y mirando por la puerta de la galería. Ese otro mundo la envolvía cuando su prima la llamó. Y ella entró a la cocina y detras de las mujeres que hacían fideos estaba él.Con un buzo gris y pantalón verde claro hasta la rodilla la esperaba apoyado contra la pared. Y se vieron después de un tiempo, que les había parecido una eternidad cuando el amor está en el medio. Los dos sonrieron y se quedaron mirándose por varios segundos. Cómo lo quería...Saludaron y se fueron. El tiempo no había cambiado pero ella se sentía a salvo mirando esos ojos verdes que tantos suspiros le habían quitado.En la casa de él eran pocos pero los necesarios para hacerla sentir como si estuviera en lo de sus tíos.
Meses después, la relación estaba acabada.Pero ella estaba otra vez junto a él. Los unía un hilo transparente, fino, muuuy fino que los mantendría así por muchos años más. Y hubo besos, caricias...Pero ahora dolían. La sensación de perderlo de nuevo la aterraba. Debían separarse hasta un próximo encuentro. Ella volvía feliz pero la tristeza la ahogaba hasta el punto de no dejarla respirar.Y el sol volvía a salir, los días pasaban y la vida conspiraba para que ese hilo se debilitara...Ahora van por caminos diferentes. Pero cuando ella ve sus ojos verdes no deja de acordarse de ese día de abril en el que ese chico de 24 años la fue a buscar a pesar de la lluvia y el barro para dar rienda suelta a una pasión que iba a trascender todo tiempo, espacio y que a la vez les depararía lágrimas y varias noches sin dormir.Muuucho tiempo antes, Catulo suspiraba por Lesbia, por esa pasión que trascendió la historia. Ella se imaginaba con él, café de por medio, hablando sobre cómo renacer de las cenizas del amor, pero él quizás tampoco hubiera tenido la respuesta...Porque así es el amor, aunque el corazón no quiera entender...


Vivamus, mea Lesbia, atque amemus
Rumoresque senum severiorum
Omnes unius aestimemus assis.
Soles occidere et redire possunt:
nobis cum semel occidit brevis lux,
nox est perpetua una dormienda.
Da mi basìa mille, deinde centum,
dein mille altera, dein secunda centum
deinde usque altera mille, deinde centum.
Dein, cum milia multa fecerimus,
conturbabimus illa, ne sciamus,
aut nequis malus invidere possit,
cum tantum sciat esse basiorum


(Vivamos, Lesbia mía y amémosnos, hagamos caso omiso a todas las habladurías de los ancianos en exceso escrupulosos. Los astros pueden ocultarse y reaparecer, pero nosotros tendremos que dormir en noche perpetua tan pronto como se apague la breve llama de nuestra vida. Dame mil besos y después cien, otros mil luego, luego otros cien. Empieza de nuevo hasta llegar a otros mil y a otros cien. Después, cuando hayamos acumulado muchos miles, los revolveremos todos para perder la cuenta o para que ningún malvado envidioso sea capaz de embrujarnos cuando sepa que nos hemos dado tantos besos)

sábado, 6 de febrero de 2010

El vuelo


Y siguió pensando...la sensación se mezclaba con los recuerdos y la ansiedad...Él fue la excusa, el punto que derivó hacia esta crisis.
Y ella cerró los ojos. Y se vió en ese camino que tantos recuerdos le traía: tantos besos, caricias, charlas. Y el paisaje al atardecer, donde no hay horizonte, el sol lo hace todo naranja y sólo se escuchan los pájaros. Ella camina, dejándose llevar por la brisa, por la paz y esa vida que la está desafiando.Se detiene. Sólo mira, contempla callada cómo la naturaleza la acoje y la hace volar hacia los sueños, las alegrías y las tristezas, a esos horizontes a alcanzar...Todo la invita a arriesgarse, a empezar a sentir, a comprender que la vida es un juego donde se gana y se pierde; que muchas veces el corazón se astilla y otras se agranda, llenándose de alas que no dejan de querer sacarlo de su lugar.
Abrió los ojos y sintió una convulsión dentro suyo.Mariposas, gaviotas y golondrinas aleteaban sin saber para donde ir. Y se le cayó una lágrima, porque ella tampoco sabía cómo guiarlas...

viernes, 5 de febrero de 2010

Un día, mientras hablaban, él preguntó ¿por qué?...Era el por qué esperado, ahora sí estaba claro: también él pensaba como ella, también se cuestionaba sobre esta loca suerte...

Con las alas desplegadas al viento...me muero de miedo, pero sigo ADELANTE